jueves, 2 de octubre de 2008

LA GULA



Uno de los siete pecados capitales en la religión católica. La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas (siempre siguiendo los conceptos de dicha religión):
Comer o beber muy en exceso de lo que el cuerpo necesita.
Cortejar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que va en detrimento de la salud.
Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente cuando una dieta lujosa está fuera del alcance económico.
Comer o beber vorazmente dándole más atención a la comida que a los que nos acompañan.
Desperdiciar la comida estando en la misma categoría que la de comer más de lo que necesita el cuerpo.


El tercero de los tres pecados capitales ligados a necesidades biológicas de supervivencia está vinculado al alimentarse. “Gula” viene del latín y significa “apetito desordenado”, pero también “faringe, esófago”; adquiere el sentido de tragar y llenarse. La Gula, pues, nos habla de vacíos energéticos, de carencias emocionales o psicológicas que piden ser llenadas. Es muy fácil que al hablar de Gula pensemos en la imperiosa necesidad de beber y comer, pero es importante tener en cuenta que muchos de esos vacíos no se suplen ni con comida ni con bebida.
La Gula, para hacernos entender qué necesita para suplir su vacío, en ocasiones se asocia con una Lujuria creando el deseo (y la necesidad de seguir deseando) de llenarse con algo concreto, y por eso al goloso lo vemos a veces manipulando para conseguir su fuente de “alimento”. Ya se dijo con la Lujuria que ésta es usada para vender y hacer publicidad, pero como trabaja muy bien con la Gula también podemos ver anuncios que usan la colaboración de ambas yendo primero a buscar nuestros vacíos (de qué carecemos) y luego generando el deseo de comprar el producto que “puede llenarlos”… en teoría. Fijémonos en los mensajes y los eslóganes, como por ejemplo: “¿carecemos de hombría, independencia, valentía, belleza, seguridad o simplemente ganas de vivir y de aventuras? Pues nos compramos un coche con todas las prestaciones posibles y la máxima potencia. ¿Nos falta el afecto, la ternura y el cariño que nos puede aportar un poco de chocolate (pero eso sí, que no nos engorde)? Ningún problema, nos rendimos al placer adulto sin calorías.”.
En este punto comento que una de las mayores gulas que hay es la de afecto y cariño. Cada vez hay más Gula de este tipo porque parece que con el tiempo sabemos menos cómo dar y recibir amor. Es habitual, aunque no una norma, que las personas con Gula de afecto se vuelven propensas a consumir azúcar y se vuelven adictas a los dulces. Curiosamente la palabra “azúcar” viene de la raíz sánscrita “sukha” (las lenguas indoeuropeas están relacionadas entre sí) que significa “felicidad”. En general, aunque las adicciones son cosa de Pereza, es muy probable que en muchos casos estén asociadas a la Gula, como en el caso del dulce. El tabaco, por ejemplo, puede estar supliendo una carencia el mismo tiempo que sacia una Pereza. Es necesario distinguir si una adicción se puede asociar también a la Gula o no, porque de ser así la adicción costará enormemente más de eliminar y primero habría que solucionar los problemas de carencias y vacíos antes de empezar a trabajar con la Pereza. Retomando el tabaco, viendo esta perspectiva es fácil que algunas personas puedan dejarlo sólo con Voluntad, y en cambio otras estén tan conectadas al tabaco que no pueden dejarlo. La Gula genera vínculos energéticos muy intensos con aquello del cual se alimenta.
La Gula afectiva es peligrosa porque suele acabar sirviéndose de las relaciones interpersonales para llenar los vacíos, y así es como acabamos absorbiendo de nuestros hijos, nuestros padres, la pareja, un amigo… Esto puede generar vacíos, y a veces hasta traumas, en aquellos de quienes nos llenamos. Además, genera fuertes dependencias que pueden traernos complicaciones. Un caso habitual entre hombres de generaciones anteriores era dejar la casa de sus padres, donde tenían un fuerte vínculo con la madre, para irse a vivir con su mujer que, a la práctica, hacía más de madre que de esposa; es un ejemplo de cómo la pareja está supliendo una gula de afecto materno. Las dependencias desembocan con frecuencia en Apego, es decir, en un vínculo que no podemos soltar de ninguna manera porque nos cuesta demasiado, tema que trataremos en la Avaricia.
El acto de Gula se disfruta mientras se satisface, a menos que sintamos culpabilidad. Si hay culpa es muy probable que el goloso sienta también enfado por cometer Gula. Es frecuente que la Gula conecte con una Ira porque muchos traumas pasados dejan también vacíos. En esos casos conviene tratar primero la Ira porque solucionar el trauma evita que volvamos a caer en la misma Gula o en otra similar una vez la hayamos solventado. Empezamos a ver que el tema de los egos o subpersonalidades puede ser muy dinámico, al tener que unos egos se ayudan entre ellos (cuando no pelean entre ellos para conseguir nuestra atención) o incluso que hay una línea que los conecta porque un solo hecho del pasado puede ocasionar primero un ego, luego otro y luego otro…
La Gula no sólo se asocia con la Pereza en el caso de las adicciones, también lo hace cuando necesita que el vacío sea satisfecho sí o sí. Por eso el goloso en ocasiones se engaña, comete Gula y luego se perdona a sí mismo con el mensaje “no ha sido nada, sólo algo pequeño, si yo soy capaz; mañana será otro día y lo haré mejor”. Cuando suceden estas cosas hay que entender que la carencia es suficientemente importante como para que la Gula tenga que obligarnos a llenarla. Es muy frecuente verlo sobretodo en personas muy mayores o en fase terminal, porque tienen ansia de Vida. Además, a menudo la Gula viene para darnos el mensaje de que ya somos personas completas y podemos tener una vida plena, a pesar de sentirnos incompletos y que nos falta algo.
¿Qué emociones acompañan a la Gula? La Sensación de “Muerte” (nos falta Vida), Soledad, Debilidad, Ansiedad y Frustración por necesidades pasadas que se han reprimido. Las enfermedades típicas asociadas a la Gula son:
· Dificultades en el habla y el tragar (Gula reprimida).
· Problemas de estómago, bazo y páncreas.
· Diabetes y problemas de azúcar en la sangre. La gran mayoría de los diabéticos ha sufrido una gran pérdida de forma repentina de algo que les llenaba mucho y que consideraban suyo (de su propiedad) o con lo que tenían un vínculo muy intenso: muerte de un familiar, separación de alguien querido, pérdida de un trabajo o de dinero… Suele ser un hecho ocurrido aproximadamente un año o año y medio antes de la aparición de al enfermedad, como mucho a los dos años.
Si la Gula se asocia con la Ira puede provocar:
· Problemas de ojos que pueden conducir a la ceguera.
· Problemas de oído que pueden conducir a la sordera.
· Cambios de tensión arterial que pueden afectar al hígado y a los riñones.
Si se asocia con la Pereza puede provocar disfunciones sexuales, sobretodo las relativas a la eyaculación (la precocidad y la tardanza indican la necesidad de llenarse con esa relación pero de dos maneras distintas: o muy rápidamente, para hacer efectivo el llenado cuanto antes, o muy lentamente para mantener el acto de llenarse, lo que puede resultar frustrante en ocasiones).
Asociada al mismo tiempo con la Ira y la Pereza puede producir:
· Tendonitis. Aunque es una inflamación y por ello es típica de la Ira, puede responder también a un exceso de actividad lo que corresponde a la Pereza. La tendonitis puede producir acumulación de líquidos alrededor de la afección, y llenarse de líquido es Gula.
· Embotamiento mental.
El color que representa a la Gula es el Amarillo, un color de alegría que manifiesta el agrado por alimentarse de Vida.


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